“Pongo una manzana sobre la mesa.
Luego me meto en la manzana.”
(Alberto Ruy-Sánchez)
La SÁBANA.
Una manzana roja puesta sobre la mesa. Calor complaciente paseándose por la habitación en forma de semicírculos. Piernas sujetas en un triángulo que guiñe con los ojos a la muerte.
Sus psiquis, se transforman en dos rojas manzanas, sedientas por satisfacer la palabra eléctrica.
Los cuerpos son cantaros de agua jadeantes en el curso fantasmal de las tardes, y un calor matutino desciende sobre las rojizas cortinas de esta habitación con sabor a HaMbRe.
Desprendo, despego, ardo, me fragmento en ilusorias partículas de callada demencia.
Soy entonces, un río alucinando en el fuego de los parlamentos, una hembra fugaz con labios de colibrí sobre tus cálidas humedades.
Aúllo, porque la palabra es una loba en celo sobre las caderas de este fugaz nacimiento, y el instinto de lo feroz ora sobre nuestros silencios, arrimándonos desde el re..po...so........
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