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12/09/2006

Madre


Madre,
en lo oculto
como una enredadera,
cae la cima de tu vientre.

Tripartito el útero de sombras,
los ojos del milagro
en el espasmo del origen,
maldita, la huella terrestre
f l u y e n d o,
en los cantos embrutecidos de la especie.

Arullado en el espejo,
todo nuestro cuerpo,
se acuesta en los gemidos
de una danza que como un muerto
nos calla.

La historia del cielo arde en lo sangriento.

En lo oscuro,
desnudas ardemos.

Un cuerpo se vela
separado por la noche.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno esto.... duro y fuerte como todo lo tuyo

ANTRIX

Anónimo dijo...

que hermoso lo que haces amiga.....un fuerte abrazo y vamos que lo que haces es mil veces más gratificante...te quiero mucho
Marce

Anónimo dijo...

Tu clamor es mi grito resonante
que retumba en los valles del busto y en los cerros de los grandes y pequeños labios y en ese corral abierto en gallina que infunde a veces al gallo miedo.
Yo quiero acertar en materia tan sublime. Inspírame esta vez sonoros versos.
Te beso.

Paola Andrea Tirapegui Bittner dijo...

me gustaron mucho.